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jueves, 13 de agosto de 2015

Mapas para la Historia de Palma del Río


La forma de plasmar el aspecto de un territorio a lo largo de la historia, ha contribuido a situar los lugares y accidentes geográficos del espacio que nos rodea. La investigación sobre nuestro entorno inmediato, tiene en la cartografía histórica un importante pilar para comprender la evolución del ámbito donde desarrollamos nuestra vida. El espacio geográfico, sus formas de organización y representación también constituye una importante muestra de nuestro  legado común. Los primeros intentos de representar el ámbito que nos rodea, desde la perspectiva humana se hunden en la Prehistoria. Existen historiadores que se remontan a las últimas etapas del Paleolítico para situar las primeras representaciones cartográficas en piezas de piedra y hueso. Aunque los ejemplos más claros de primeros mapas están plasmados sobre las tabletas de arcilla babilónicas. Los mapas egipcios avanzaron en estas representaciones y cerámicas posteriores como el mapa de Solento, fechado en el 500 a.c. contribuyeron a desarrollar la ciencia cartográfica. El primer antepasado directo de nuestros mapas es el controvertido papiro de Artemidoro.


La manera de plasmar la percepción del espacio geográfico va evolucionando a lo largo del tiempo, y ya en la plena Edad Media las informaciones geográficas del ceutí Al Idrisi, sirvieron para dibujar uno de los mapas más completos de Al Andalus. Alrededor del año 1154 se confecciona el primer mapa del mundo conocido llamado “Tabula Rogeriana”, que fue realizado en la corte del rey Roger II de Sicilia. En este curioso documento, la imagen que se nos muestra de la tierra no es la común en mapas posteriores. En esta Tabula, el sur  (África) se sitúa en la parte superior del documento y el norte en la inferior. Al Idrisi que en su infancia vivió en Qurtuba (Córdoba), realizó la primera descripción de los lugares habitados, que por etapas cubrían el camino de Córdoba a Sevilla por la vertiente norte del Guadalquivir en su obra “solaz de corazones y prados de contemplación” (Uns al-muhay wa-rawd al-furay”)[1]. En el mapa de Al Idrisi podemos ver la representación de ciudades cercanas a Palma del Río como Córdoba, Écija y también el accidente geográfico que influyó en la creación de nuestra ciudad, la unión de los dos grandes ríos de Andalucía.


El mundo conocido, amplió sus horizontes a comienzos de la Edad Moderna con los descubrimientos de nuevas rutas y continentes. Esta revolución también permitió un desarrollo de la cartografía como ciencia de uso cotidiano y se empezaron a representar territorios con más detalle. Los cosmógrafos y viajeros europeos de los siglos XVI y XVII realizaron mapas cada vez más avanzados donde se acercaban con más minuciosidad al territorio. En este momento comienzan a aparecer señalados en los mapas los pueblos del valle del Guadalquivir como Palma, Peñaflor e incluso pequeños núcleos habitados hoy desaparecidos como “Almenara” en los alrededores del castillo del mismo nombre, o “La Venta” en la orilla norte del Guadalquivir entre Palma y Peñaflor. 


La primera muestra de Plano con una mayor cercanía a nuestro territorio, lo tenemos en el plano del año 1628 de la villa de Peñaflor custodiado en el Archivo General De Simancas. En este interesante documento podemos observar una imagen clara del territorio de la localidad vecina y de elementos comunes como el antiguo puente del Retortillo, Almenara, el sotillo de Palma, el castillo del Toledillo, etc.


Las proyecciones cartográficas de Palma del Río, aún se quedaban en trazos de líneas en planos con una vaga situación. En el siglo XVIII tenemos el plano de la villa que precede al catastro de Ensenada y un bosquejo en forma de dibujo de la comarca en 1767, conservado en el Archivo Histórico Nacional. Este boceto de mapa pudo estar relacionado con un documento cartográfico levantado para la situación de las nuevas poblaciones de Andalucía y donde viene reflejado con mayor exactitud Palma del Río y su entorno. En dicho mapa, se nos muestran los pagos de huertas alrededor de los meandros del Genil y el hoy desaparecido bosque de la Palmosa.



A principios del siglo XIX, en el año 1802 encontramos el primer dibujo de una demarcación de tierras de nuestro pueblo. Este plano custodiado en el Archivo de Protocolos Notariales de Posadas, nos muestra las lindes de los terrenos de la Palmosa, Gómez y Añez, la vera del Alamillo y el camino al Fuentes de Andalucía.





De la primera mitad del siglo XIX también tenemos dos buenas muestras cartográficas. La primera es un mapa del curso del Río Guadalquivir entre Sevilla y Córdoba que nos sirve para conocer el antiguo cauce del río y como ha cambiado en el último siglo y medio. En los comienzos de esta centuria se puede situar la información plasmada en el plano a color de la zona del injertal de Miravalles conservado en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza ( sección del ducado de Hijar ). En esta obra cartográfica se nos muestran antiguos caminos, cortijos y zonas de monte puestas en labor.





Durante los años setenta del siglo XIX los mapas de Palma del Río se multiplican al desarrollarse infraestructuras como el ferrocarril y el puente sobre el Guadalquivir[2]. Precisamente alrededor de la construcción de este importante enlace entre las dos orillas del río grande, se levantó un interesante plano de zona por el que podemos conocer varios datos importantes para la historia de Palma[3]. En primer lugar, observamos como al llegar a nuestro pueblo, el Guadalquivir tenía varios brazos o madres que en las grandes avenidas como las del año 1862 se llenaban de agua. Además, podemos conocer la situación de un puente anterior y más antiguo levantado en madera y construido unos metros río abajo del actual puente de hierro. Según este plano, este puente de madera estaba construido sobre dos grandes montículos de tierra que servían para apoyar el estribo del puente y así cruzar el río. Este puente de madera desembocaba frente a la actual estación de tren. Tras la ruina de esta construcción, acontecida tras la gran inundación del año 1862, por aquel lugar continuaron atravesando el río barcas. Por esta razón, el camino que llevaba a este antiguo paso del Guadalquivir se llamaba de la Barca. Todavía hoy día existe parte de este camino de tierra con la misma denominación.


[1] Para conocer la evolución de la Cartografía en Andalucía: “Catálogo de la exposición "Andalucía, la imagen cartográfica. De la antigüedad a nuestros días". V.V.A.A. Junta de Andalucía. 2009.
 
[3] Este plano se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla.

sábado, 1 de agosto de 2015

Las torronteras de los ciegos

Con este curioso apelativo, aparece en fecha tan temprana como el año 1377 el topónimo de "Torronteras de los Ciegos", en la colección documental del Hospital de San Sebastián custodiada en el Archivo Municipal de Palma del Río. Así se denominaba uno de los accidentes geográficos y paisajísticos más interesantes del término de Palma del Río.Posteriormente este sitio también se llamó "Barrancos o Barrancas de los Ciegos", siendo un lugar donde los terrenos de la campiña se encuentran con el valle del Guadalquivir creando un curioso y árido paisaje de escorrentias de arcilla ( conocida popularmente como "grea"). Desde el deslinde de términos municipales que se esboza en la baja Edad Media y se asienta en la Edad Moderna, las líneas de este precipicio sirven para delimitar los municipios de Palma y Lora.



Según cuentan aquel lugar servía como antigua cantera donde los alfareros extraían la archilla para sus talleres de cerámica. A los pies de estos barrancos, hasta  hace un par de siglos discurría el Río Guadalquivir que en su continuo cambio de cauce ha movido sus aguas casi dos kilometros en dirección norte. Todavía la antigua madre vieja del Guadalquivir es atravesada por el agua del arroyo de La Matilla. 
 
En este plano realizado en 1779 del curso del Río Guadalquivir entre Córdoba y Sevilla, podemos observar como el río aún flanquea estas quebradas terrazas. 


Otro interesante plano es el que nos muestra los alrededores del injertal del Miravalles en el Siglo XVIII - XIX y también nos vuelve a señalar de manera más esquemática las barrancas y los dos afluentes del Guadalquivir en la zona ( el arroyo de La Matilla y el arroyo Madre de Fuentes). Como se pueden observar en las fotografías de la parte inferior, la panorámica de todo el valle del Guadalquivir y de la campiña dotan a la zona de los ciegos de un importante valor paisajístico y geográfico. 

Aquí dejo enlace a la ruta en bicicleta en Wikiloc:

 http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=12290412