La
plena Edad Media en el valle Guadalquivir estuvo marcada por dos
fechas que cambiaron el desarrollo histórico de la Andalucía del
Baetis. La primera de ellas fue la conquista de Córdoba por las
tropas castellanas del rey Fernando III en 1236. El segundo hito se
produjo en 1248, cuando Sevilla la antigua capital de los Almorávides
y Almohades cae también bajo el control castellano y los dominios
del rey Fernando III aumentan de manera considerable. Las nuevas
tierras en el valle del Guadalquivir habían sido controladas tras el
derrumbe del imperio Almohade. Pero el dominio efectivo de la corona
Castilla sobre el territorio, era débil y localizado en los grandes
núcleos de población. Los antiguos habitantes andalusíes eran
numerosos en el espacio rural. Este factor hizo que desde el
principio, los nuevos pobladores cristianos necesitaran de un apoyo
militar constante ante el peligro de rebeliones mudéjares como la
ocurrida en 1264. Para reforzar las defensas mutuas entre villas y
ciudades del alto y bajo Guadalquivir, ciudades como Jaén, Úbeda,
Baeza, Andújar etc..., se organizaron en estas primeras hermandades
fronterizas en el año 1265. En 1269 Alfonso X autoriza la creación
de otra hermandad entre los concejos de Sevilla, Carmona, Jerez,
Arcos, Niebla, Huelva, etc.….
La
Hermandad General de Andalucía nació en 1295 para integrar a los
principales municipios de la orilla del Guadalquivir y de Andalucía
occidental. Entre 1295 y 1320 se celebraron reuniones todos los años
en distintos municipios y villas. En su última década de
funcionamiento (1312, 1313, 1319, 1320) las reuniones se producen en
esta comarca (en Palma del Río y Peñaflor ) 1.
A lo largo de estas reuniones los acuerdos de defensa y protección
mutuas fueron desarrollándose y aplicándose a la frontera con el
reino nazarí de Granada y al peligro benimerín que avanzaba desde
el norte de África. Los tiempos difíciles y convulsos de las
tierras andaluzas sufrieron un nuevo contratiempo con la muerte de
Fernando IV y la minoría de edad del rey Alfonso XI. Las disputas
por ejercer la tutoría y regencia en Castilla provocaron que la
hermandad, a partir de 1320 entrara en crisis. La reunión celebrada
en Peñaflor en abril de 1320 fue la última donde se escenificó la
unidad de los concejos andaluces. Los siguientes cinco años vieron
como esta unidad se descomponía con rapidez, por las disputas entre
nobles e intereses cruzados entre las élites de ciudades importantes
como Córdoba.
El
motivo de la elección de Villadiego como lugar de encuentro de la
Hermandad fue claramente la centralidad de esta comarca en el valle
medio del Guadalquivir. Aquí podían encontrarse los municipios y
villas del alto y bajo Guadalquivir. Además el camino entre Córdoba
y Sevilla dotaba de un medio de comunicación directo y rápido entre
las dos grandes ciudades andaluzas. Otro factor importante de la
elección de Villadiego era su naturaleza de lugar fortificado, que
proporcionaba la seguridad necesaria a los representantes de todas
las villas del Guadalquivir, en unos tiempos tan difíciles como los
de principios del siglo XIV.
Los
acuerdos de la Hermandad General de Andalucía en la ermita de
Villadiego se conservan de manera parcial, dentro de la
documentación del archivo ducal de Medina Sidonia. Uno de los
documentos más importantes fue el acuerdo firmado en Villadiego el
26 de agosto de 1320, por el que todas las ciudades representadas
pactaron no recibir tutor del rey sin un acuerdo general, controlar
las rentas de la corona y al adelantado de la corona en Andalucía.
Este acuerdo muestra la intención de obtener cierta autonomía
política, mediante la unión en la hermandad de las grandes ciudades
andaluzas. Además la junta celebrada en Peñaflor acordó firmar la
paz en la frontera con el reino de Granada, organizar la defensa del
estrecho de Gibraltar y la ayuda mutua entre las milicias concejiles
de los pueblos de Sevilla y Córdoba, para asegurar la defensa de la
campiña durante el tiempo de la recogida de trigo.
En
la ermita de Villadiego durante 1320 la Hermandad General de
Andalucía pactó autoprotegerse, velar por unos intereses comunes
ante la falta de poder provocada por la niñez del rey, y organizarse
como organismo político de un nuevo territorio que empezaba a
configurarse. El proyecto que se levantó en Peñaflor pervivió poco
tiempo ante los intereses opuestos de las grandes ciudades. Aún así
nos dejó documentación histórica interesante que acaba con la
sentencia de “En Peñaflor a 23 de abril de 1320, otorgamos e
conçedemos que en serviçio de Dios e de nuestro sennor el rey Don
Alfonso e pro e guarda de la tierra que ponemos por el poder que
estos sobre dicho nos dieron, demás de las cosas que fueron e son
puestas en la hermandat que todos los de las villas del Andalusia
avemos en uno, lo que aquí será dicho… “.2
El año próximo se cumplen 700 años de la primera reunión de la
Hermandad General de Andalucía en la ermita de Villadiego, y será
el momento de conmemorar un hecho histórico que situó a Peñaflor
en el centro del Valle del Guadalquivir.
1
Nieto Cumplido, Manuel. “Palma del Rio en la
Edad Media (855-1503)”.
2
García Fernández, Manuel. “La hermandad general de Andalucía
durante la minoría de Alfonso XI de Castilla: 1312 - 1325.”
Historia. Instituciones. Documentos, ISSN 0210-7716, Nº 12, 1985,
págs. 311-376.