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miércoles, 28 de diciembre de 2011

El Hospicio del Tardón en Palma del Río




Debo comenzar este artículo recordando a Rafael Luis Nieto Medina historiador e investigador amante de la cultura de nuestro pueblo, alguna vez conversamos sobre el Tardón y en este artículo se encuentran sus sabios consejos.


Las primeras experiencias de vida cenobítica en la zona de la Sierra Morena se remontan a fines de la Baja Edad Media. En el Siglo XV, tenemos atestiguado la existencia de algunos ermitaños que vivían aislados en la sierra como el caso de Juan de Blancas, mencionado en los libros, epítomes y memoriales de la provincia franciscana de los ángeles. Esta provincia monástica, se constituye como una experiencia anterior y posteriormente  paralela en la misma zona de la actual Sierra de Hornachuelos. Aunque la provincia de franciscana colaboró con estos ermitaños, desde el principio se erigió como fundadora de conventos, cuyo principal artífice fue el conde de Belalcázar Fray Juan de la puebla. Este franciscano, creó en origen el convento de Santa María de los Ángeles en Hornachuelos y pocos años mas tarde, el convento de San Luís del Monte en la orillas del Río Retortillo. Estos dos conventos franciscanos, fueron las primeras experiencias de organización de estos ermitaños que buscaban el retiro en las faldas de Sierra Morena. En este monasterio de San Luís del Monte encontramos las primeras referencias bibliográficas de beatos como Diego Vidal y Mateo de la fuente, que posteriormente se erigieron como fundadores de la provincia del Tardón. [1] Estos ermitaños, según esta obra, mantenían relación con el convento de San Luís del Monte y acudían a sus oraciones y ejercicios espirituales.[2]








Mateo de la Fuente nacido en 1524 en un pueblo del arzobispado de Toledo ( Almiruete ) estudió gramática y filosofía en Salamanca, donde conoció la vida de un eremita y fue influenciado por el teólogo dominico Domingo de Soto. De esta manera, comenzó a buscar el retiro espiritual situándose en primer lugar en las cercanías de Baeza, donde existía una comunidad de ermitaños. Tras conocer su modo de vida dependiente de la caridad, algo que no aprobaba, decidió retirarse a la Albayda y la sierra circundante a Córdoba, donde ya gozaba de cierta popularidad como discípulo de Juan de Ávila. Influenciado por las predicaciones de éste, decidió retirarse a la angostura de la Sierra de Hornachuelos donde ya existían precedentes de vida contemplativa en el siglo XV (Juan de Blanca[3], ermitaño Jorge Enríquez[4], Esteban de Centenares, etc…).[5] Acompañando a Mateo de la Fuente en este germen del monasterio del Tardón encontramos a Diego Vidal, ambos influenciados por el predicador general de Andalucía Juan de Ávila, comenzaron a admitir nuevos ermitaños llegando a ser cuarenta y se dotaron a sí mismos de una simple regla. [6] Mateo de la Fuente fue ordenado sacerdote por el obispo de Córdoba y se convirtió en el referente espiritual de esta comunidad. A lo largo de la década central del siglo XVI, podemos considerar constituida la comunidad del Tardón, que llega a solicitar terrenos al cabildo de Córdoba para fundar sus ermitas[7].  Actualmente se considera la fecha de 1557 como hito fundacional de los monasterios basilios del Tardón.



El creciente liderazgo de Mateo de la Fuente, en este grupo de anacoretas que contaba con un pujante número de miembros, hizo que la institución eclesiástica les planteara la necesidad de dotar a esta comunidad de ermitaños de una regla. Sin duda, los tiempos de reforma y convulsiones internas de la iglesia promovieron la necesidad de controlar estas actitudes de aislamiento espiritual. De esta forma, el primer ordenamiento interno les fue otorgado de manos del obispo de Córdoba, Don Cristóbal de Rojas y Sandoval. El proceso de adaptación no fue fácil, ya que algunos miembros de esta comunidad, se resistieron a abandonar las costumbres de vida contemplativa y se apartaron de la comunidad[8].  El proceso de regulación de estas actitudes de apartamiento espiritual, concluye con la obligación impuesta mediante Bula por el papa Pío V. Esta orden eclesiástica ordena “someterse” a estos ermitaños a una regla monástica de las aprobadas por la iglesia. La primera elección, fue la regla del Carmen pero en su desarrollo no se adaptó al “modus vivendi” del desierto del Tardón y finalmente, aconsejados por el obispo de Córdoba, se empezaron a regir por la regla de San Basilio, precursor del monacato oriental[9].



La muerte de Mateo de la Fuente, tras regresar del viaje para asistir a la muerte de Juan de Ávila en Montilla, nos muestra el crecimiento de la pequeña comunidad, que ya contaba con una organización conventual. El 27 de Agosto de 1575 fallecía el fundador del Tardón, sucediéndole como referente espiritual del Tardón su compañero desde los orígenes Diego Vidal.[10]


Tras la muerte del padre De la Fuente, en 1577 el papa Gregorio XIII mediante la bula “Cogit Numeris”, transforma el cenobio del Tardón en monasterio reglado por el rito latino. En su organización territorial, estas comunidades son obligadas a fusionarse con otro convento Basiliano en la provincia de Jaén denominado Santa María de Oviedo. Esta adhesión supuso un fracaso, porque ambos conventos eran de naturaleza distinta y ya en 1606 Pío V ordena dividir en dos provincias distintas la práctica de la regla de San Basilio en España. Unos años antes de esta separación definitiva, el Tardón había sido reformado por el papa Clemente VIII en 1603.


Anteriormente, hemos citado la relación entablada en los comienzos, entre los primeros ermitaños que con el tiempo se acogieron a la regla de San Basilio y la provincia de los Ángeles. Ambas provincias monásticas, coexistieron en la Edad Moderna en el Valle Medio del Guadalquivir y Sierra Morena, siendo la experiencia monástica franciscana, medio siglo anterior a la Basiliana. En cuanto a la propia configuración y ordenación de ambas provincias monásticas existes rasgos similares. El funcionamiento de la provincia franciscana de los Ángeles, sirvió como posible modelo al Tardón ya que a la fundación de conventos en la sierra, acompañó posteriormente la creación de hospicios – enfermerías en los poblados circundantes, para el cuidado de monjes enfermos. Este es el caso de Palma del Río, Constantina, La puebla, etc., donde se instalaron casas de sanación para estos monjes. El ejemplo de organización franciscana, supondría a la larga que algunas de estas hospederías de monjes se convirtieran en conventos, como el caso del convento franciscano de Palma del Río, que comenzó siendo ermita y lugar de descanso de los monjes de la provincia seráfica. Estos hospicios, estarían vinculados como edificio de servicio sanitario a cada uno de los dos grandes conventos Basilios de la reforma del Tardón, tanto el de San Antonio del Valle en el caso de Constantina y el del Tardón con Palma del Río.


La primera referencia documental del hospicio del Tardón en Palma del Río, se encuentra reflejada en las respuestas generales del Catastro de Ensenada en 1750. En esta mención se nos señala que el hospicio está habitado por dos monjes y dos legos que asisten a sus compañeros enfermos en esta casa hospital[11]. Posteriormente, en el año 1759 tenemos también la referencia en los autos de bienes del clérigo Francisco de la Calancha Valenzuela, que murió intestado en Nueva España (México), dónde menciona una partida de dinero que envió a Palma del Río con el cual se compraron “unas viñas en las Mezquetillas término de Hornachuelos y un molino de moler aceituna dentro de la población de esta villa, que hace esquina a la calle cantería que va al barrio y hospicio del Tardón...”[12]. Otra referencia posterior es la que nos da el libro de Fray Ambrosio de Torres “Historia de Palma Ilustrada” del año 1774 dónde se incluye el hospicio del Tardón de Palma dentro de los conventos de la ciudad.


Como podemos observar, la mayor parte de las referencias que conocemos se remontan al siglo XVIII, por lo que observando la trayectoria de la propia provincia del Tardón este hospicio no estaría activo antes del Siglo XVII. Su creación, vendría aparejada con el siglo de extensión de la provincia tardonense. La ampliación del proyecto monacal del Tardón, estaba relacionada con cierto auge económico que hizo levantar suspicacias. La productividad de los monjes del Tardón y el patrimonio adquirido a lo largo de este siglo y medio, podemos observarla en el Catastro de Ensenada de la villa de Hornachuelos, donde con diferencia es el convento más pujante desde el punto de vista económico. Esta riqueza en posesiones, también vendría acompañada de cierta celebridad del convento a fines del Siglo XVI. El alejamiento de estos conventos de su sobriedad y pobreza primitivas, por una supuesta relajación de costumbres y facilidad para acaparar tierras y propiedades levantó recelos ya en la mitad del siglo XVII. Por ello, es de singular valor, el memorial de 1641 donde un autor anónimo, responde a distintas acusaciones que se hacían a los monjes del convento del Tardón.  En estas respuestas, nos muestra la existencia de distintos oficios dentro de los monjes y se cita que “en las enfermerías de poblado hay tres o cuatro monjes que sirven a los enfermos, y cuidan de la botica y medicinas, de que hay entre estos padres hombres muy entendidos”[13]. Tenemos en este documento, la posible mención indirecta de la existencia ya en el año 1641, de las enfermerías y hospicios de carácter sanitario en la provincia y en este caso del de Palma del Río, por ser el que estaba relacionado con el monasterio situado en la población actual de San Calixto.


Si en el anterior documento, hemos observado una de las primeras referencias a las casas hospicio que servían de enfermerías y que probablemente fueron creciendo en imitación al modelo conventual. Las últimas referencias, nos vienen señaladas por los documentos desamortizadores del siglo XIX y aunque segmentada, nos muestran la importancia en posesiones que llegaron tener.


La vida comunitaria en el convento del Tardón, pudo terminar al comienzo de la ocupación francesa en 1808, dónde se produce el abandono de la vida monástica. Tras el conflicto bélico, no se volvió a recuperar la vida en este convento comenzando, el periodo apropiación estatal de estas entidades eclesiásticas y posterior venta de sus propiedades a distintos propietarios. En el caso de la sede principal de la provincia, existieron pleitos con Sánchez Gadeo, el artífice del proyecto de “Nueva población de San Calixto en la sierra del Tardón “que había comprado posesiones en los terrenos adyacentes al convento. La creación de la población de San Calixto y algunos núcleos más en la sierra de Hornachuelos quedó en vía muerta y finalmente sólo se materializó en la creación del poblado de San Calixto, donde anteriormente estuvo situado en convento del Tardón. [14]


Las últimas referencias que tenemos al hospicio palmeño, nos vienen dadas en los Auxiliares de Cuentas corrientes “sobre los frutos y rentas del monasterio de San Basilio del Tardón en Palma del Río” en 1839. En este documento se comenta que “las ruinas del antiguo convento del Tardón e iglesia sirven de Casas Consistoriales, escuelas, cárcel, fuentes y cementerio, dedicado todo al servicio público”.[15] En esta misma documentación desamortizadora, encontramos prueba documental del arrendamiento de lo que perteneció al denominado convento del Tardón, “El Edificio que fue convento de San Basilio del Tardón. Este edificio se halla, situado extramuros de la villa de Palma y está arrendado desde San Juan de 1841 a Antonio María Reyes por tiempo de dos años que vencerán en otro igual día de 1843…”[16].


En cuanto a las fuentes locales de esta venta, se conserva en el Archivo Municipal de Palma del Río  un documento sumamente interesante en el que encontramos una mención a la primera subasta tras su desamortización: “ El edificio que fue del convento de San Basilio de la Villa de Palma del Río, que consta de dos mil novecientas cuarenta y cinco varas superficiales y linda con solar de Don Juan Ruiz y haza de Don Rafael Rejano, en cuyo terreno se hallaban las habitaciones que los peritos señalaron en su certificado de reconocimiento y aprecio que obra unida al expediente de subasta de fecha 23 de diciembre del año de 1843”[17]. Además, en dicho documento podemos observar como se vende el edificio y las posesiones de los basilios palmeños, a Antonio María Reyes, por una cantidad a pagar en dos partes que vence en el año 1845. Tras cumplirse la fecha de 1845, encontramos en la escritura de venta una nueva enajenación, que en este caso revierte en el bien público ya que el edificio (o los restos que se conservaban) entran en proceso de subasta pública y es adquirido por el ayuntamiento de la villa para situar el cementerio municipal a extramuros de la villa, en las antiguas posesiones de la “cerca de San Basilio “[18].


Las pruebas arquitectónicas que conservamos de lo que en tiempos, constituyó la provincia del Tardón, a imitación de las documentales, son dispersas y difusas. En su gran mayoría, han desaparecido o se conservan en un estado muy alterado, como es el caso del hospicio de Constantina y el antiguo convento central del Tardón, que en la actualidad acoge a una comunidad de monjas de clausura, en la pedanía de San Calixto de Hornachuelos. Algunos edificios como el caso palmeño o el monasterio de San Antonio del Valle en la localidad de las Navas de la Concepción, han desaparecido.


En los últimos meses en Palma del Río, en el desarrollo de unas obras en un parque público de la localidad, apareció un pozo – aljibe que podría ser la única evidencia monumental que poseemos del antiguo hospicio  del Tardón. El solar que ocupa en la actualidad este parque, fue el primer cementerio extramuros de la localidad, que como hemos visto en la documentación anterior se comenzó a situar en las antiguas posesiones del Tardón a partir de 1845. Este pozo de posible utilización agrícola, estaría relacionado con el denominado convento del Tardón de Palma del Río y sus tierras circundantes, ya que es común que estos conventos tengan sus propias fuentes de suministro de agua. Un sistema de captación de aguas subterráneas similar, lo podemos encontrar también en el antiguo huerto del Convento de Clausura de Santa Clara.


Este aljibe de planta circular consta de unos 4 metros de diámetro y unos ocho de profundidad. La estructura interna, se compone de un doble arco de ladrillo que atraviesa el perímetro. Ambos arcos, están unidos con una pequeña bóveda de medio cañón de un metro de longitud. La diferencia con la cota de suelo actual, es de menos de cincuenta centímetros por lo que podemos considerar que es de utilización reciente. En el interior, observamos como las paredes del pozo están revestidas con piedra de mampostería irregular. El nivel de agua aparece a unos cuatro metros de profundidad.

Esperamos, que esta relación de pruebas de la existencia de este antiguo hospicio, vaya aumentando conforme la ciencia histórica, como saber en construcción nos suministre nuevas aportaciones para entender nuestra historia.






Emilio J. Navarro Martínez


[1] No es casualidad que las primeras referencias indirectas nos vengan por una obra de 1674 que glosa la vida del Maestro Juan de Ávila. La influencia de éste y sus predicaciones en el valle del Guadalquivir influyeron en los fundadores del Tardón Mateo de la fuente y Diego Vidal. “Vida y obras del venerable maestro Iuan de Auila” licenciado Martín Ruiz de Mesa 1674.

[2] Del padre Vidal comenta esta obra : “ con deseo de mayor soledad, a imitación de los antiguos padres, que andaban siempre con ansias de mayor retiro, se fue a una dehesa del Conde de Palma, llaman el alcornocal, donde se metió en una cueva, continuó los mismos ejercicios, labraba unas cucharitas muy curiosas, que le daban el sustento, Iba a Misa al convento de San Luís de la orden de San Francisco de Asís …” “Vida y obras del venerable maestro Iuan de Auila” licenciado Martín Ruiz de Mesa 1674.

[3] Fray Andrés de Guadalupe “ Historia de la Santa provincia de los Ángeles “

[4] Archivo General de Simancas .Signatura: RGS,149506,93
[5] Sánchez de Feria y Morales, Bartolomé. “Memorias sagradas de el Yermo de Córdoba: desde su inmemorial principio hasta de presente”. En Córdoba : en la Oficina de Don Juan Rodríguez de la Torre, 1782
[6] Sánchez de Feria y Morales, Bartolomé. “Memorias sagradas de el Yermo de Córdoba: desde su inmemorial principio hasta de presente”. En Córdoba : en la Oficina de Don Juan Rodríguez de la Torre, 1782
[7] José Antonio de Sobrino “Nuevos textos y estudios sobre San Juan de la Cruz
[8] Sánchez de Feria y Morales, Bartolomé. “Memorias sagradas de el Yermo de Córdoba: desde su inmemorial principio hasta de presente”. En Córdoba : en la Oficina de Don Juan Rodríguez de la Torre, 1782
[9] José Antonio de Sobrino “Nuevos textos y estudios sobre San Juan de la Cruz
[10] Sánchez de Feria y Morales, Bartolomé. “Memorias sagradas de el Yermo de Córdoba: desde su inmemorial principio hasta de presente”. En Córdoba : en la Oficina de Don Juan Rodríguez de la Torre, 1782

[11] Respuestas generales del Catastro de Ensenada página 268.
[12] Archivo General de Indias CONTRATACION,5638,N.4
[13] Memorial en que se dicen sumariamente las causas, y motivos, que los Religiosos del Tardon an tenido para los pleytos en que se hallan”. Documento de autor desconocido y firmado como: “vn devoto, y aficionado de la Religión...”. Biblioteca Provincial de Córdoba Signatura: 2-138 (6). Nº de registro: 1000714.
[14] “En Diciembre de 1817 se habla de que la futura capital de la colonia gadeana estará situada en “la ruinas del Tardón”. José Antonio de Sobrino “Nuevos textos y estudios sobre San Juan de la Cruz
[15] Libro de la Hacienda de Córdoba número 50 Folio 29 Archivo Histórico Provincial.
[16] Libro de la Hacienda de Córdoba número 50. Archivo Histórico Provincial.
[17] Registro 302,Legajo 99 de Bienes de Propios. Archivo Municipal de Palma del Río
[18] Registro 302,Legajo 99 de Bienes de Propios. Archivo Municipal de Palma del Río

1 comentario:

  1. Muy interesante e ilustrativo.
    Yo recuerdo de pequeño ccuando estuve en colegio del Parque, que los niños hablábamos de huesos que algunos habían visto en la parte del Colegio que linda con el bar dos avenidas, pero éramos niños, jejeje. Aunque todo rumor siempre esconde algo de verdad.

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