Desde siempre he pensado que el patrimonio histórico no es sólo un concepto que se deba aplicar a los grandes monumentos del pasado. En nuestro entorno quedan huellas dispersas de nuestra historia que en un segundo plano, también forman parte de nosotros y nos deben servir para ampliar la visión que tenemos del patrimonio. Huellas del tiempo olvidadas, que no siempre son valoradas por el público en general, estudiosos o autoridades con potestad para velar por el patrimonio común. Elementos de la memoria del trabajo ( cortijos, molinos, chozos, huertas, etc...) y de la memoria del paisaje ( canteras, infraestructuras antiguas, cultivos y distribución de la tierra ) también son monumentos de nuestro pasado que deben hacernos ampliar visiones y formas de entender la historia.
En una serie de entradas en este blog, intentaré exponer algunos de estos monumentos olvidados de nuestro ámbito cercano. Con el nombre de la memoria de la piedra, me gustaría crear una serie de entradas donde tratar del proceso de la piedra en el tiempo histórico.
Este primera quiero dedicarla a los filones y canteras que en toda la falda de Sierra Morena encontramos, con una gran amplitud de formas y tamaños. Estas canteras constituyen el primer paso de grandes obras posteriores, monumentos e infraestructuras. En las primeras estribaciones de Sierra Morena, existen multitud de ejemplos de canteras monumentales como la situadas en las cercanías de Córdoba en la zona de Santa María de la Albaida fotografiadas magníficamente por Paco Madrigal. Toda la zona norte del valle del Guadalquivir, en el límite con Sierra Morena está jalonada de multitud de canteras y filones de piedra que surtieron de material pétreo nuestros grandes monumentos. En la comarca del valle del Guadalquivir en el municipio de Posadas dentro del parque de la Sierrezuela, la denominada " Cantera Jonda " es otro ejemplo de estas canteras monumentales que nos enseñan un paisaje altamente modificado por el hombre en el tiempo histórico. Aún conserva esta cantera multitud de restos de columnas de gran tamaño que fuero desechadas y enriquecen el lugar.
En dirección Hornachuelos, en la zona de Nublo también existen dos canteras monumentales menos conocidas, una de ellas muy alterada en los últimos tiempos pero también muy interesantes. Estas canteras antiguas se van difuminando al llegar a la cuenca de los ríos Bembezar y Retortillo. Aunque existen filones y pequeñas canteras, las de gran tamaño no aparecen con tanta facilidad.
Os emplazo a próximas entradas de este blog donde trataré usos y memorias de la piedra de nuestro ámbito cercano.
Excelente la idea de "memoria de la piedra", Emilio. A ver si un día nos guías por esas canteras...
ResponderEliminarCorroboro lo de Rafael Jiménez.
ResponderEliminarEs cosa de ponernos de acuerdo, a partir de Octubre, para que nos guíes por esos lugares tan interesantes y poder admirarlos y fotografiarlos.
Saludos.
Emilio preciosas fotografías y me sumo a la propuesta de visita. Pongo un enlace a tu blog desde el mío. Un abrazo Emilio.
ResponderEliminarSaludos Rafael, Francisco y Paco, cuando refresque el tiempo tenemos que organizar una salida por estas canteras y la zona de Hornachuelos con el amigo Oscar Morales.
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