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martes, 25 de diciembre de 2012

Cerro de San Cristóbal, historia y leyenda.

Desde siempre aquel cerro me llamó la atención, en su cima conservaba monte bajo y palmitares, recuerdo de la antigua vegetación que poblaba la zona antes de la roturaciones agrarias. Siempre se contaron leyendas sobre el lugar, desde que allí terminaban los famosos túneles que atravesaban Palma del Río, hasta que bajo una gran piedra se ocultaba un tesoro e incluso que un alma en pena vagaba errante por esos lares.


 En relación con esta interpretación popular de un elemento del  paisaje, esta zona se denominó en la baja Edad Media Cerro San Cristóbal, como muchos otros lugares altos cercanos a poblado. La advocación de este santo, estaba conectada con los sitios elevados y aislados, ya que este Santo según la leyenda cristina era comparado con un gigante en la antigüedad. Como señala Manuel Nieto Cumplido en su libro Palma del Río en la Edad Media, estos lugares estaban relacionados con la devoción popular a santos protectores, como Santa Bárbara o este San Cristóbal que protegería de la muerte sin confesión. Por ello, en muchos montes se erigieron ermitas en los puntos más altos, para que al despertar según la costumbre se mirara y estar de esta forma protegido durante el día de una mala muerte repentina. En las cercanías de Palma del Río, existe otro cerro San Cristóbal que domina el valle y separa las poblaciones de Peñaflor y La Puebla de los Infantes. 


La historia de este lugar viene marcado por la magnífica ubicación visual del entorno. Desde la prehistoria, existen en los alrededores de este cerro asentamientos como el de La Verduga y villas romanas. La ermita o espacio de culto de San Cristóbal, se desarrolla en un espacio temporal difuso entre el siglo XIII y su paulatino abandono durante la Edad Moderna. Con una historia paralela, también nos encontramos la desaparecida ermita de Santa Lucía, situada a escasos kilómetros y con un parecido devenir histórico. En la actualidad, en el lugar de San Cristóbal no se aprecian grandes restos de estructuras. Los vestigios materiales son escasos, pues sólo en dirección Este se puede distinguir un posible resto de cimentación cubierta por la vegetación. 


También se observan algunos fragmentos de tierra compactada, que pudieron formar parte de muros de tapial. Aunque el lugar se encuentra muy alterado por la acción agraria de los alrededores, si se pueden encontrar en superficie restos cerámicos. Una de las últimas alteraciones del entorno fue la realizada a raíz del levantamiento en 1975 de un vértice geodésico .

El tiempo casi ha borrado de la memoria este lugar de San Cristobal, pero a pesar de ello, merece la pena acercarse a este promontorio para tener una magnífica vista del valle del Guadalquivir y de la confluencia de los dos ríos mas importantes de Andalucía.


2 comentarios:

  1. Emilio, no será un asentamiento ibero, el Sr. cura arrima el ascua a su sardina, pero la noche de los tiempos es más profunda que dos mil años. El sábado el compañero que venía con nosotros, tu tocayo, es un conocedor de muchos lugares de la campiña, y los conoce, durante todo el camino nos fue señalando recintos iberos en muchos de los cerros del camino (volvímos por Bujalance). ¿No será una cosa parecida? Un abrazo Emilio y Feliz 2013.

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  2. Hola Paco, pues la verdad es que lo pensé y miré materiales en superficie y la poca cerámica que aparece es bajo medieval o moderna. Incluso llego a dudar que allí hubiera una ermita como todos conocemos, quizás sólo fuera un lugar de culto cerca de un camino. Pero como las fotos enseñan es difícil conocer más de aquel lugar por la abundante vegetación. Muchas gracias Paco y feliz 2013 para ti y los tuyos.

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