Las
primeras noticias sobre las dos ferias palmeñas se pueden rastrear
en la prensa histórica desde finales del siglo XIX. Con la llegada
del siglo XX, comienzan a encontrarse anuncios en la prensa
provincial sobre las ferias de ganados y los acontecimientos que las
rodeaban. La dimensión festiva va teniendo cada vez más peso en
estas fiestas que alteraban el pulso cotidiano de esta villa rural.
Aunque en la actualidad la feria de agosto es inferior a la de mayo,
en su origen y hasta hace unas décadas era la más importante.
Recordemos que este mercado tiene sus comienzos en el año 1451,
cuando el rey Juan II de Castilla concede en una carta de merced al
señor de Palma Martín Fernández Portocarrero, la creación de una
feria de 15 días de duración que debía comenzar el día de Santa
María en agosto. La importancia de este mercado para la economía
local era considerable. Por este motivo, llegaron a pleitear las
villas de Palma y Lora. En el archivo de la Real
Chancillería de Granada, se conservan dos pleitos entre el conde
Palma Luis Antonio Fernández Portocarrero y la villa de Lora por la
celebración de la feria en el año 1616 y la coincidencia de la
feria con la festividad de Setefilla en 1617.
Conforme
fue avanzando el siglo XX, las páginas dedicadas a la feria de
Agosto palmeña fueron aumentando. Entre los textos que hablan de
este evento encontramos descripciones de la feria, anuncios para
atraer a feriantes, comentarios de las corridas de toros, sucesos,
robo de ganado e incluso plagas. Estas primeras publicaciones tienen
su reflejo en la localidad con la edición de las primeras revistas
de feria. En el Archivo Municipal de Palma del Río existen dos
ejemplares digitalizados de revistas de la feria de agosto de los
años 1927 y 1928.
La
edición del año 1927 contiene valiosas fotografías de lugares del
pueblo como el recinto ferial, las norias de la electro-harinera, el
puente de hierro y el ayuntamiento. Además en sus páginas
encontramos multitud de anuncios de establecimientos del pueblo
donde abundan las tabernas, panaderías, fábricas, talleres y un
gran anuncio del cine Jerez ubicado en los jardines del paseo. En
esta revista no sólo había lugar para fotos y anuncios. También
existen artículos sobre las bondades de la villa de Palma, sobre los
sueños, la virgen de Belén y la ciudad de Sevilla.
El
paso de un año significó un salto de calidad en la edición de esta
revista de feria. En el año 1928 encontramos una revista mejorada,
que tiene una portada en color y los textos interiores con distintos
colores en la tipografía. Las páginas aumentaron para dar cabida a
más anuncios e interesantes artículos sobre el paisaje de las
huertas, la historia de Palma del Río y a la mujer “palmesana”.
De singular interés resultan las fotografías que ilustran esta
revista.
Encontramos imágenes en blanco y negro de la unión del
Guadalquivir y el Genil, el recinto ferial, los jardines reina
victoria, las murallas, el casino de los labradores y el paseo
Alfonso XIII. La fotografía más interesante plasma por primera vez
a color un jardín que pudo mostrar los antiguos jardines del paseo.
Pasan
los años pero la costumbre de editar una revista de feria para todo
el pueblo no desaparece. Esta tradición que comenzó en la segunda
década del siglo XX, pervive en el siglo XXI para retratar en estas
páginas la historia, el presente y el futuro de Palma del Río.
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